Los hipopótamos adoran el agua, por eso los griegos los llamaron
“caballos marinos”. Este animal puede pasar hasta 16 horas sumergido en
ríos y lagos para mantener su cuerpo fresco y protegido del sol
africano. Los hipopótamos también descansan en las orillas y segregan una
sustancia aceitosa de color rojo, por lo que a veces se dice que sudan
sangre.
Al atardecer, dejan el agua y se marchan a pastar. Pueden caminar en
fila hasta 10 kilómetros por la noche y consumir unos 35 kilos de
hierba. Teniendo en cuenta su enorme tamaño, podría decirse que no es
demasiado. Si se sienten amenazados correrán hasta llegar al agua,
pudiendo alcanzar la velocidad del hombre en distancias cortas.
Las crías del hipopótamo pesan cerca de 45 kilogramos al nacer y pueden
ser amamantadas tanto en la tierra como en el agua, cerrando las orejas y
orificios nasales. Las hembras suelen tener una única cría cada dos
años. Tras nacer, madre e hijo se unen al grupo, que les protegerá de
cocodrilos, leones y hienas.
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